Con motivo del
inicio de un nuevo trimestre del Cine Club Casablanca Valladolid, y habida
cuenta del descuido de no haber hecho resumen de los anteriores, después de la
reseña que hice del 1º, procedo a elaborar una lista en la que quiero destacar
alguno de los filmes que hemos visto hasta la fecha, en cerca de año y medio de
proyecciones.
He elegido
catorce películas, tanto el número como cada una de ellas, simplemente por
gusto personal, y eso es algo que quiero que quede claro. Muchas películas
excelentes se quedan fuera no por falta de calidad, al igual que dejo fuera
aquellas que pertenecen al género documental. Esto último, yo mismo lo
reconozco, es una injusticia tremenda e incluso una inexactitud en algunos
casos, puesto que en determinados ejemplos la diferencia entre ficción y
documental era escasa. La pantalla herida es claramente un documental pero, ¿es
La mujer del chatarrero más ficción que Paradiso? Quizá sí o quizá no. ¿Hacemos
un análisis apropiado de lo que se proyecta en las sesiones en colaboración con
CreaVa? No lo tengo claro, y por eso mismo, me temo que debo excluirlo de
momento de estos textos.
Recordar que
hasta el día 8 de abril está abierto del plazo de inscripciones y si soy nueva
alta, hay que ponerse en contacto con el cine club a través de
cineclubcasablancavalladolid@gmail.com
Arrancamos
AL NACER EL DÍA (Goran Paskaljevic, 2012). Notable
fotografía para una película de
presupuesto ajustado. Un profesor de piano, en
el ocaso de su vida, hace un sorprendente descubrimiento sobre quién es en
realidad. A partir de ese punto, se encuentra con que, como dijo el poeta belga
Maurice Maeterlink, el pasado siempre está presente, al ir encontrándose con un
panorama presente no muy distinto en muchos aspectos del pasado en el que se
cimentan sus orígenes. Relato lleno de emotividad pero sin caer en efectismos
burdos, con unos personajes secundarios dignos de reseña, y un ambiente que
favorece que el espectador quiera imbuirse en la película.
LA
ESPECTADORA (Paolo
Franchi, 2004). Una película de personajes en su mejor expresión, pues son
las personalidades (y una serie de problemas emocionales muy arraigados y muy
presentes en todo momento) de los protagonistas las que propician el desarrollo
del argumento, amen de sus palabras y sus silencios, y lo enigmático de sus
actos. Las relaciones entre el triunvirato, a cada cual mas disfuncional,
terminan escenificando unos hechos difícilmente comprensibles sin hacer el
esfuerzo de conocer a unos personajes peculiares, lastrados en muchos casos por
un pasado. El auténtico interés no está en lo que sucede, sino en descubrir por
qué sucede de esa forma, y el conflicto entre sus deseos y sus decisiones.
CRÓNICAS DIPLOMÁTICAS (Bertrand Tavernier,
2013). Sátira política a través del proceso de redacción del complejo
discurso que ha de pronunciar un ministro francés ante
la
ONU. Sus mejores
bazas son una comicidad
delirante, surrealista y muy inteligente y un ritmo endiablado que no decae y te
atrapa desde el primer momento y te lleva hasta el final sin que te des cuenta
de que es enorme la cantidad de información que acabas de recibir. Obra
perfectamente articulada, recomendable para estudiantes.
EL PASADO (Asghar Farhadi, 2013). Pese
a un fallo de ritmo un tanto notorio entre el segundo y el último tercio de la
historia, una película muy a destacar por muchos aspectos. Un reparto magnífico
que da vida a unos personajes complejos en sus conflictos y su emotividad y que
captan tu atención de una manera intensa. Incluso te interesa saber de ellos
mas allá de los hechos que relata la película. En ese aspecto también tiene una
narrativa realmente elogiable. No se limita únicamente a desgranar o dar a
entender hechos pasados para explicar el presente, sino que la historia en si,
contada de una manera lineal más convencional, también presenta unas aristas
que la hacen fascinante y te empujan a momentos emocionalmente contrapuestos.
Una narrativa con muchos elementos tradicionales pero tremendamente bien hecha
que sostienen unos personajes magníficamente complejos.
UN BIGOTE PARA DOS (Tono y Mihura, 1940).
Uno de mis fetiches por múltiples aspectos. Para empezar, la idea de redoblar
una película es algo que siempre me ha hecho mucha gracia. Luego, el
tipo de
humor disparatado y lleno de imaginación del que hacen gala Tono y Mihura es
una verdadera joya, por su enorme calidad y por lo poco habitual que es
encontrar ese humor y además desarrollado de una forma tan brillante. Y en
tercer lugar, pero detalle muy a destacar, por la impresionante labor casi
arqueológica de recuperar de alguna manera esta obra. Cabe destacar que Un
bigote para dos es originalmente una película sobre Johan Strauss que Tono y
Mihura redoblaron, pero ese trabajo se ha perdido. Afortunadamente, se ha
podido recuperar una versión del guión y una copia de la película austríaca que
subtitular, para que podamos disfrutar de esta obra impagable. Una de las
sesiones más especiales que ha tenido, a mi juicio, el Cine Club Casablanca
Valladolid.
ERNST & CELESTINE (Benjamin Renner, Vincent Pattar, Stephane Aubier,
2012). Sostenida por una animación tradicional pero tremendamente
cuidada y delicada, una historia infantil sin mucha complejidad, pero divertida
y afín para un amplio abanico de gustos diferentes. Muy agradable de ver, tanto
por su historia como por su tipo de dibujo, con un toque artesanal precioso, y
la ambientación de la historia, en un entorno “arquitectónicamente” muy
preciosista.
LA MUJER DEL CHATARRERO (Danis Tanovic, 2013). Basada
en una historia real que recrearon y escenificaron sus propios protagonistas
antes las cámaras que, en
ocasiones ellos mismos (y su perro) portaban, ofrece
un panorama perturbador sobre la problemática de caer enfermo en una sociedad
en la que las conquistas sociales no han avanzado hasta ese punto. Pese a la
problemática de contar esa historia bajo esa premisa, la película es bastante
destacable y consigue llegar al espectador.
EL RAYO (Fran Araujo y Ernesto de Nova,
2013). Otra historia pseudo
real, introduciendo elementos de ficción en la
historia real de un inmigrante que decide volver a su Marruecos natal
conduciendo el tractor que acaba de comprar, cruzando media península ibérica.
La propuesta, aparte de interesante, queda interesante por la variedad de
situaciones a las que enfrentan al protagonista, que se acabó revelando como un
elemento de enorme carisma. Mucho humor y algún que otro punto de particular
ternura aportan mucho a esta road movie de cierta temática social, con final
feliz.
SUBMARINO (Thomas Vinterberg, 2010). De
nuevo otra película que rompe con la narrativa lineal, siendo su forma de
ordenar la cronología de los hechos uno de los aciertos mas destacables del
filme. Una historia llena de dureza que en ocasiones parece querer agarrarse a
detalles de esperanza que si bien no te garantizan nada, si al menos relajan un
poco la crudeza general que marca el devenir de los acontecimientos.
THE LUNCHBOX (Ritesh Batra, 2013).
Basándose en una premisa prácticamente de película de Doris Day y Rock Hudson,
nos ofrece una
historia que aborda de nuevo los temas de la soledad y la
incomunicación y de cómo en ocasiones pequeños gestos pueden llegar a ser
tremendamente importantes. Película muy divertida, con toques de ternura. Pese
a que en apariencia el ambiente podría resultar culturalmente chocante para el
espectador europeo, resulta, en el fondo, una historia que se desarrolla en
parámetros mucho más universales de lo que parece.
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FAUSTO (Alexandr Sokurov, 2011). Moderna
adaptación del mito de Fausto, tremendamente ambiciosa. Llama la atención su
fotografía, retocada mediante técnicas pictóricas. Su arranque es apabullante y
rotundo. La densidad de la película sufre un relajo evidente en su segunda
mitad. Aparte de por la ya mencionada fotografía, la dirección artística y unas
interpretaciones logradas e intensas, y apoyadas en una caracterización muy
cuidada y efectiva, hacen esta película poderosa para el ojo del espectador.
SI PUÒ FARE (Giulio Manfredonia, 2008). Película
que pese a su mucha y excelente comicidad, tiene un carácter marcadamente
social y un gran afán de concienciación. En esquema no es muy diferente de
películas como El club de los poetas muertos. Busca la complicidad del
espectador creando vínculos emocionales a través no de la compasión, sino de
una comicidad piadosa, que por otro lado, resulta muy divertida y no siempre es
políticamente correcta. Es la historia de un sindicalista que, a través de
criterios de producción, busca la integración en la sociedad de un grupo de
personas con distintos tipos de autismo. Si bien la película discurre sobre
todo en el terreno de la comedia, tiene momentos emotivos muy notables sin caer
en sensiblerías fáciles. Pero, sobre todo, transmite su mensaje muy bien y de
forma muy efectiva.
ASCENSOR PARA EL CADALSO (Louis Malle,
1957). Pequeña gran joya del trimestre anterior. Para unos considerada
precursora de
la Nouvelle
vague y para otros, una de sus primeras obras. Sí queda muy clara la
vinculación entre esta obra y las de los “jóvenes airados” de Cahiers du
cinema. Es patente el gusto común por el cine clásico americano, sobre todo por
un tipo de producciones consideradas cine negro, pero que no eran obras tan
históricamente reconocidas como podían ser las de John Houston o Howard Hawks.
También narrativa y temáticamente se atisban las deudas con el cine de Alfred
Hitchcock, y me parecieron bastante claras también algunas coincidencias con el
cine posterior, caso de Tirad sobre el pianista de Truffaut, por ejemplo, con
una iluminación bastante similar en algunos aspectos y un uso de la voz en off
muy coincidente. También, aunque quizá es un vínculo mas difuso, en
determinados personajes podíamos unir a Louis Malle con Jean-LucGodard. Pero
independientemente de
la
Nouvelle vague, la película es excelente aunque se agarre al
Deus ex machina en muchos momentos, pero tiene un pulso tremendo, contiene
varias historias fascinantes y mantiene el interés en cada una de ellas.
Clásico por méritos propios, entendiendo los clásicos como obras intemporales
que merecen ser revisitadas una y mil veces.
TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN (Lynne Ramsay,
2011). Termino con una decisión polémica. No tenía muy claro si esta
película merecía estar en la lista, pero me he decantado por varios motivos.
Primero, la complicada psicología de Kevin, máxime si la vinculamos a la de su
madre. Una madre que, por cierto, cuando la narración nos lleva al teórico
tiempo presente, parece un personaje casi fantasmagórico, como si no viviera en
la misma realidad que las personas que la rodean, lo cual ayuda mucho a la
atmósfera de la película. Pero quizá lo mas definitivo, pese a que no es un
filme que encaje a priori con mis gustos, es que es una película en la que se
te da una serie de elementos para entender los hechos, y tienes que estar
tremendamente atento para unir todos y entender qué está sucediendo y por qué.
Ah, y porque el título está my bien puesto. Y pese a ello, creo que fue un
fallo tremendo que en la tertulia posterior a la película, ninguno señaláramos
que en ningún momento sucede precisamente eso, que hablen sobre Kevin.
Y con estos
párrafos, termino este dossier, escrito con celeridad, nocturnidad y alevosía,
sobre algunas muestras de lo visto hasta la fecha en el Cine Club Casablanca
Valladolid. Mi intención no es otra que llamar la atención sobre nuestra
actividad, que considero muy positiva. La cuestión no es únicamente plantarnos
en la sala cada lunes a ver una película, sino vivir la experiencia del cine
sumergiéndonos de otra forma, más intensa, mucho más completa y compleja que el
visionado individual de cada uno de nosotros. Y si consigo “arrastrar” a
alguien más a la sala de los cines Manhattan, mejor que mejor. Sobre todo, se
aprende a disfrutar mucho el cine, y eso es, aparte de precio, muy útil.